Rafael Morales Espejo, de Azuel
1 febrero 2022Rafael Morales Espejo, natural de Azuel, nacido el 23 de septiembre de 1927, y de profesión carabinero.
Solicitó voluntariamente entrar a formar parte del cuerpo de carabineros de Valencia, y pasó tres meses de instrucción en Almurriana (Castellón).
Paso la guerra en Madrid, en el 34 Batallón de Carabineros 152 Brigadas Primera Compañía, prestando servicios en el Ministerio de Gobernación, en el Palacio de Comunicaciones y haciendo vigilancia nocturna por las calles, de las que recuerda la oscuridad, puesto que no encendían la luz, y el consecuente peligro.
Para él la guerra no fue mala, ya que “dormía en una buena cama, comía bastante bien, tenía dinero porque me pagaban un sueldo bastante bueno, y era joven. Lo malo fue cuando terminó la guerra”.
Regresó, junto con un compañero de Villanueva de Córdoba, andando desde Madrid a Puertollano, donde tomó un tren hacia Conquista, e hizo el viaje escondido bajo la lona de un cañón. Tardó en hacer el camino hasta Azuel, unos 300 km, tres días. De allí lo llevaron a un campo de concentración en Los Blázquez, en el que estuvo un mes y cuarenta días, sobreviviendo con apenas comida que tenía que compartir con otro compañero.
Posteriormente lo llevaron al campo de concentración de Valsequillo, y allí pasó cuatro meses. Luego estuvo preso en Cardeña durante tres meses. Pasado este tiempo lo enviaron al batallón nº 27 de trabajadores de El Camorro, Tarifa y donde estuvo, trabajando muchísimo durante dos años, hasta los 24 años. Entonces fue trasladado al Castillo de San Sebastián, en Cádiz, en el que pasó tres meses, y luego lo llevaron a un pinar cercano a Rota, donde estuvo seis meses, hasta que lo destinaron a Artillería de Costa durante siete u ocho meses.
Pasado este tiempo le dieron unos días de permiso para visitar a su familia, y entonces conoció a la que posteriormente sería su mujer, con la que mantuvo un noviazgo de cinco años, hasta que se casó ya con 30 años. Con ella, ha tenido una hija.
En su familia no sólo él sufrió la privación de libertad, sino también su hermana quién finalmente se fue a Madrid.
Rafael estuvo afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, hecho que una ocasión le supuso un problema, pues al ser carabinero no podía pertenecer a ningún partido político.
Siempre ha tenido una gran pasión por la lectura, ya fueran periódicos de izquierdas o de derechas, para él la cuestión era estar informado de todo lo que sucedía. Por eso, también escuchaba, en la clandestinidad, Radio España Independiente, estación pirenaica, o Radio Andorra.
De la posguerra recuerda la desolación y la pobreza de España, las cartilla de racionamiento, el hambre y la falta de trabajo.
[Fuente: Foro ciudadano para la recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía
Autora: Mar Téllez Guerrero]