Memoria y Futuro a través de la voz de mujeres jóvenes, familiares de deportados del Norte de Córdoba
15 mayo 2022En las I Jornadas de Memoria Histórica «Memoria y Futuro. La deportación cordobesa a campos de concentración nazis», celebradas en Peñarroya-Pueblonuevo el 14 de mayo de 2022, se habló de Eusebio Crespo Díaz y Rafael Juan Montero por parte de sus familiares.
- «80 años y dos generaciones para volver del olvido impuesto«, por María José y Veredas Santofimia Romero, biznietas del deportado torrecampeño Eusebio Crespo Díaz.
- «Sin conocerte somos parte de ti«, por Patricia y Myriam Cabello Carreño, sobrinas-nietas del deportado peñarriblense Rafael Juan Montero
Memoria y futuro de Los Pedroches y el Guadiato
Las vidas de Eusebio Crespo Díaz y Rafael Juan Montero condensan todos los grandes dramas del siglo XX: miseria, emigración, represión, guerra, exilio, reclusión, trabajos forzosos, genocidio…, pero a la vez personifican los grandes ideales de justicia, igualdad y libertad.
Eusebio era una persona como cualquiera de nosotros, dedicado a su trabajo y a su familia, de Torrecampo, un pueblo que a principios del S.XX contaba con poco más de tres mil habitantes y que vivía sobre todo del campo, con una serie de caciques que eran dueños de la mayor parte del término municipal. Apenas disponía de los mínimos servicios necesarios no ya para vivir, sino para sobrevivir.
Rafael era minero, nació cuando la cuenca minera de Peñarroya-Pueblonuevo se constituyó como uno de los más importantes polos industriales de Andalucía y el mayor de la provincia de Córdoba.
Como buenos demócratas lucharon por el gobierno legalmente constituido, la República, y contra un golpe de Estado, teniendo que salir de manera precipitada, en una dolorosa huida a Francia cruzando los Pirineos, junto a cientos de miles de civiles, hombres, mujeres, ancianos y niños. Las autoridades francesas los recluyeron durante meses en infames campos de internamiento y de estos campos algunos se alistaron en la Legión Extranjera, para combatir al nazismo en una guerra que se presagiaba como inminente y, la mayoría, en las Compañías de Trabajadores Extranjeros para hacer obras de fortificación de la Línea Maginot en la frontera con Alemania, entre otros trabajos.
En mayo de 1940 el ejército de Hitler invade Francia sin apenas oposición y miles de republicanos que estaban integrados en la Legión o en las Compañías de Trabajadores Extranjeros son apresados y conducidos a los Stalag o campos de prisioneros de guerra, localizados por todo el territorio del Tercer Reich. En un principio se les respeta tal condición de prisionero conforme a la legislación internacional, pero a los pocos meses, son declarados «rotspanier» (rojo español) y deportados, sin conocimiento alguno del destino y en unas condiciones infrahumanas, hacinados en inmundos vagones de transporte de ganado y mercancías, al campo de Mauthausen, ubicado en Austria, cerca de la ciudad de Linz a orillas del Danubio. El gobierno de Franco les niega la condición de españoles a estos republicanos e impide toda posibilidad de repatriación. Los nazis adjudican a los deportados españoles el triángulo azul que designa a los apátridas y que llevan cosido en el traje a rayas que será su única y, para algunos, definitiva vestimenta.
Lo que ocurrió allí es complicado de comprender. El frío, el hambre, el horror, la deshumanización, la nada más descarnada es lo que sufrieron estos hombres y mujeres.
Rafael fue asesinado el 10 de enero de 1942 en el campo principal, Mauthausen, y Eusebio fue asesinado, apenas un mes después, en el subcampo de Gusen, el 2 de febrero de 1942.
Mª José y Veredas Santofimia Romero, biznietas de Eusebio, y Patricia y Azahara Cabello Carreño, sobrinas-nietas de Rafael, nos hicieron ayer partícipes de sus historias en las I Jornadas de Memoria Histórica que se celebraron en Peñarroya-Pueblonuevo, organizadas por el Ayuntamiento en colaboración con la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba.
Nos contaron lo que ellas recordaban, el vuelco en sus vidas al conocer más sobre sus familiares, sus vivencias, su necesidad de saber más, la alegría de reencontrarles, la importancia de que la Memoria sea contada para que estos hombres y mujeres, olvidados, regresen a la memoria del país que les olvidó, España.
Miradas jóvenes sobre Historia, palabras para hablar de Memoria y Futuro, de presente y esperanza, de pasado y responsabilidad histórica. Mujeres jóvenes que homenajearon a sus familiares de la mejor manera que supieron hacer, con su presencia, con sus palabras, con sus miradas, con su fuerza.
¡Eusebio y Rafael, que orgullosos estaríais de vuestra familia!
ASOCIACIÓN TRIÁNGULO AZUL STOLPERSTEINE DE CÓRDOBA